23 de agosto de 2022

Catarsis

Miro atrás y me entran ganas de llorar al recordar la que fue la mejor y peor época de mi vida, si es que eso tiene algún sentido. Me llenaste de vida en el momento más vacío y miserable y aunque no resolviste el problema, ya que ni eras consciente de él y no tenías la capacidad aunque lo conocieras, me diste esperanza para vivir y me hiciste sentir lo más cercano al amor verdadero.

Gracias por hacerme sonreír y por provocar los más dulces sentimientos en mí, incluso cuando no tenías esa intención. Cuando pienso en la juventud pienso en ti y en el tiempo que estuviste en mi vida, por eso daría todo por volver a ser joven como aquel entonces, solo para volver a ti. A pesar de todas las diferencias y choques, pues éramos fuerzas opuestas, nos complementábamos perfectamente.

Hogaño me da miedo enterarme de dónde te encuentras en la vida, no porque no me interese, si no porque tendría que aventurarme a lo desconocido y temo el efecto que eso pueda causar.

Dicen que a veces se ama el recuerdo y no la persona. Yo lo único que sé es que agradezco a Dios por haberte puesto en mi camino y haberme dado la oportunidad de tener tal experiencia contigo, aun en esas circunstancias. La recordaré siempre con el mayor afecto y cariño. Te extraño mucho y sé que una parte de mí lo hará siempre. Jamás sabrás el efecto que tuviste en mí y todo lo que hiciste por mí como ser humano. Ojalá todo te esté yendo bien. Gracias, para siempre.